Apicultura tradicional

Apicultura tradicional

Apicultura tradicional en Las Pedrosas

Hace años, los propios apicultores de Las Pedrosas se fabricaban sus colmenas, llamadas vasos, mediante una labor de cestería. Más minoritario era el uso de otro tipo de colmenas, llamadas cuvanos, que se ponían en posición horizontal al igual que era habitual en todo el Alto Aragón. El manejo de estas antiguas colmenas conllevaba toda una compleja técnica que desapareció a raíz de la generalización de las actuales cajas con cuadros impresos de cera. Era, en última instancia, otro uso más que se le daba a los recursos disponibles en el entorno.

Los vasos

Saumador para abejas de Las Pedrosas
Ahumador

Yo llegué a trabajar con vasos, incluso mi padre los hacía pero yo iba a buscar las cañas con un burro. Iba a la Central de Marracos y por ahí. En invierno era cuando había que cortar, cuando tienen la savia quieta. Teníamos un cortador, era de cuatro, creo que es de madera de boj. Las cañas de unos 70 cm, había que pelarlas con una hoz vieja, luego rajarlas. Y luego pa tejer con dos marcos redondos, de bimbre, se hacían seis pilares y ya se iba tejiendo tejiendo. Cada pilar eran unas cinco cañas sin partir, en redondo. Hacer el tejido era pasando las cañas rajadas por los pilares, igual que se hacían los cañizos. Una vez hecho lo forrábamos con las güeñas de las vacas. Había vacas de leche en el pueblo. Hacíamos la masa con buro y a forrar.

La boca del vaso siempre estaba hacia abajo. Hacías con un aro de un pozal y lo llenabas de la misma pasta, ponías dos cañicas cruzadas y ya está. El tape de arriba era de la misma güeña. Y después se ponía una piedra, una losa encima pa resguardo del agua. Se hacía un aujerico, la piquera, que estaba a 20 cm del suelo.

Mediopartir

En abril era mediopartir, pasar el jambre al otro vaso. Cuando las abejas están que tienen la suficiente cría, ibas antes de que jambren. Poníamos uno vacío encima, ya había un sitio puesto pa poner el drecho con un orinal abajo y ahí hacíamos fuego. Echábamos las güeñas secas pa que hicieran el humo, y entonces hacíamos unos aujericos en la parte de abajo de lo estrecho, que estaba p’abajo, en el tape, pa que entrara el humo. Y ellas subían p’arriba y ponías otro vaso llano arriba a la misma altura y pasaban. Con las manos pegabas en los laos, pan pan pan, hacías ruido, ponías unos trapos de vaso al otro, y ya subían por ahi y se metían. Y a mi padre se lo he oído, cantar también, así un poco, tras tras tras.

Las banqueras y el abejar

Colmenar para la práctica de la apicultura en Las Pedrosas
Abejar de banquera en El Vedao

Le decíamos banquera. Nosotros teníamos hecho con piedras y con unos maderos y ramas de coscojo, de sabina o de lo que fuera, y tierra encima pa que estén a cubierto todo el invierno.Era tierra de buro y duraba muchos tiempos, en cuanto se moja se pone preta. En invierno si hacía malo les poníamos de comer, de la misma miel de ellas, en cualquier cacharrico de tierra o de lo que fuera, se levantaba el vaso y se les ponía y ya se lo comían, se alimentaban.

En Los Pizuelos, en la parte de abajo hay unas paredes escachadas que en tiempos era un abejar de Casa el Carpintero. Aquí no hay como los de Zuera.

La cera y la miel

Había un cortador y sacabas los panales y lo exprimías con la mano, no había otro sistema, para que cayese la miel a unos cuencos. Y como siempre lo poníamos al lao del fuego, que entonces había hogar, pues se iba escorriendo­escorriendo. Y después también sacábamos la cera. La cera una vez que se escaldaba la exprimíamos con las manos, la poníamos a secar y después venían unos que les decían cereros y se la llevaban, la compraban. Venían de Barbastro. Y cuando queríamos sacar la cera limpia la poníamos a hervir y una vez que estaba bien caliente, se sube la cera hacia arriba y se queda el agua abajo y la suciedad. Me parece que alguna vez mi padre hacía también velas. En un tubico de caña metía una mecha y estando líquido lo llenaba y después a secar. Y así se rompe la caña y se queda la vela.

La miel se iba vendiendo, en el pueblo poca porque había muchos que tenían. Con la miel íbamos a La Paúl, a Gurrea de Gállego, y cambiábamos la miel por mercancía, patatas, judías, cebollas, pimientos, de todo lo que tenían. Como son sitios de huerta, las mujeres a trato, al trueque.

Todos los testimonios transcritos son fragmentos de la entrevista que fue realizada en el mes de agosto de 2014 a Gregorio Ibor, nacido en Las Pedrosas el año 1927.
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