El cultivo del trigo

El cultivo del trigo

El trigo era el principal producto de la agricultura tradicional en Las Pedrosas y su cultivo marcaba los diferentes hitos del año para la mayor parte de las familias de esta localidad. A partir del otoño iban teniendo lugar consecutivamente los trabajos del labrantío, la siembra, la siega y la trilla para, a finales de verano, volver a comenzar un nuevo ciclo agrícola en el que se alternaban las antiguas técnicas manuales con los primeros avances de la mecanización agrícola.

Labrar y sembrar

Campo en "El Vedao"
Campo de cereal en El Vedao

Se movía la tierra al final del invierno y se empezaba a sembrar al otro día el Pilar, en el mes de octubre o noviembre. La semilla se compraba, y se traía trigo de la huerta honda de Zaragoza. Iban con el carro a buscarlo porque eran simientes que probaban mejor. Para sembrar también había máquinas y si no a mano, un saquico con el trigo. Pero cuando se hacía a mano había que amelquiar que era formar tiras con el ajao a picos de 6 metros. Y cuando se hacía con máquinas eran máquinas sembradoras que iban con caballerías, tres caballerías en cada máquina.

Antes de sembrar se abonaba la tierra si había abono, le llamaban mineral. Y también se trabajaba bastante el estiércol que se hacía con las caballerías y con el ganao que aquí había bastante ganao. Le decíamos fiemo y se echaba para el mes de septiembre. Se ponía en carriles, en montones, y después pa extenderlo con una espuerta a mano.

La siega

Aquí se segaba con hoz, siempre. En la mano izquierda se ponía la zoqueta, con el fin de que la hoz pegaba siempre en la zoqueta, y por eso no había cortadas. La jornada de un segador era larga. Se iban a segar al punto el día hasta la tarde­tarde. Se segaba con la máquina segadora­atadora que se llamaba, hacía unos fajos pequeños y dispués la gente iba y de cada cuatro hacían uno que se llamaba un fajo y después esos fajos se recogían y se ponían en fajinas de quince fajos, y así estaban hasta que cuando se va a trillar.

Venían las cuadrillas de segadores y el que las necesitaba iba al cabecero a ver los campos y él calculaba lo que podían costar y se arreglaban en el precio. El jefe de la cuadrilla era el cabecero. Se quedaban en el pajar, allí dormían. Venían muchos de la parte de Cosuenda, y esos estaban desde mitad de junio hasta el 20 de agosto, todo lo que costaba siega y trilla. Después también había gente que iban a espigar que se llamaba. Era recoger las espigas que habían quedao en el campo, que siempre quedaban. Allí iba la gente que menos tenia, pa las gallinicas, pa’l cerdo.

Trillar y aventar

Había alguna trilladora y los demás trillaban con trillos de piedra. Otros trillos llevan rodillos que mueven mucho más la mies y eran mejores. Las eras se tenían muy bien arregladicas, cuando salía algún huequico se echaba buro y se apelmazaba y había unos rulos que se pasaban. Porque se solían tapar to’l año con paja pa que cuando lloviera no hiciera el agua aujeros. Y al tiempo de hacer la trilla se limpiaban y se llevaba la mies, se esparcía bien floja y ya echaban los trillos con las caballerías a dar vueltas y de vez en cuando se contornaba la mies con la horca, volviendo la mies porque había que separar el trigo de la paja y era a puro de vueltas y vueltas. Y una vez que ya estaba trillada con replegadera que se llamaba se ponía en un montón.

Aquí se aprovechaba para aventar el aire del cierzo porque aquí el cierzo ha estao siempre. También se aventaba con el bochorno. Una vez que el trigo estaba aventao había que gribarlo con unas gribas manuales porque el aire se llevaba la paja suave pero el granzón que quedaba en el trigo había que  separarlo. Había también aquí algunas máquinas aventadoras manuales y con estas ya no hacía falta gribar.

El trigo y la paja

Pajar de Las Pedrosas
Pajar

En el granero echabas el trigo y se quedaba en el suelo. Lo que no se podía entrar era trigo o cebada que estuviera húmeda porque enseguida se hacía el corcollo, es un bicho parásito que cuando hay cantidad deja la piel y se come todo el interior del grano. Se llevaba al molino y por el trigo que llevabas te daban harina. Aquí el molino que estaba más cerca estaba en la Varlengua y también había en Zuera.

La paja se dejaba en pajares muy bien guardada, era la base fundamental de la alimentación de las caballerías. Y se gastaba bastante paja pa las caballerías y pa cama pa’l ganao lanar, pa los corrales. Los pajares estaban aislaos del pueblo, junto a las eras. La paja también se la llevaban, venían de Zuera empacadores a mano y la vendían. Todo el pueblo a doscientos metros se rodeaba de una columna de paja de seis o siete metros de altura.

Todos los testimonios transcritos son fragmentos de la entrevista que fue realizada en el mes de agosto de 2014 a Francisco Nadal, nacido en Las Pedrosas el año 1919.
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