Pastores y ovejas

Pastores y ovejas

Durante mucho tiempo los pastores fueron trabajadores contratados por los propietarios de rebaños de ovejas que había en el pueblo. El hecho de desempeñar toda su tarea lejos del núcleo urbano y siguiendo una tradición muy antigua hizo que los objetos, la indumentaria y las prácticas de este oficio conservaran rasgos que en otros ámbitos habían desaparecido hacía siglos.

Las condiciones de trabajo

Paridera en Las Pedrosas
Corral del Abuelo

Yo estaba fijo todo el año, ya llegabas a San Miguel, si te querías quedar u te querías ir. Te pagabas el jornal que ganabas y ponías ovejas también si te interesaba. Nos levantábamos al hacer de día, en cuanto salía el lucero del alba que decía mi padre, ala, a hacer las migas. Se hacían en un caldero, y había unas cucharas de madera muy majas pa comer, que se las hacían por la montaña. En verano volvíamos a acalorar que se dice, a mediodía, a la pared del corral, afuera, había sombra y estaban mejor. Yo me quedaba allí en la caseta, se estaba allí muy bien. Por la tarde otra vez, cuando baja el sol. El invierno, sales por la mañana y no vuelves hasta de noches que se pone el sol.

Llevábamos un burro pa llevar l’alforja, la mayoría, y pa cuando cambiabas de corral a corral pa poner toda la ropa, se le ponía los pellejos que había pa dormir, las mantas. Se llevaba la zamarra, por delante delanteros pa’l frío. Mi padre llevaba siempre. La zamarra era de chotos y los delanteros de lana de oveja. Eso se curte y dura toda vida, muchos lo hacían el propio pastor. Y albarcas, no había otra cosa. Antes eran de cuero y hechas en Sierra Luna, las hacía un guarnicionero.

El cuidado de los corderos

Por la mañana si había parido una oveja había que cogerlas con el corderico y ponerlas aparte. Después ya las ponías juntas con las demás. Y si una oveja no quería a la cría antones atadas alredol del corral, las del piadero que se dice. Una estaca clavada y un ramal y pasao por la pata y allí hasta que amaba al cordero.

Si alguna albortaba, pues si tenías alguno de sobras lo ponías a la que lo echaba muerto. Algunas eran rebeldes, les costaba. Hay veces que se muere uno, lo espellejas, le pones la piel al otro y al otro’l día ya tetaba el cordero.

El señal y la marca

Las ovejas llevan señal en la oreja, se hacía con la navaja o el cuchillo. Donde yo trabajaba era una horqueta en la oreja izquierda. Las mías en la oreja izquierda un ramo y en la derecha rajada. Podía ser también espuntada. Se les hacía antes de que marcharan al campo si eran borregas.

También se llegó a poner con pez aquí, una letra, la ponías en el calderico que había la pez, la untabas y se ponías a la oveja. Hay que marcarlas al mes que se esquilan que ya llevan bastante lana.

La lana, las codas y el salón

Tijeras de esquilar
Tijeras de esquilar

De mayo p’alante quitar la lana. Unos esquilaban con tijeras y otros con máquinas. Eran gente del pueblo que esquilaban caballerías y por ahi. El que quería un colchón de lana se lo hacía con la lana también venían a buscarla.

Las corderas cuando tenían tres meses o por ahi, pa Todos Santos, a escodalas. Apartabas alrededor un poco la lana, se retorcía, pegabas un palmetada pa que no saliera sangre en la coda, y marchaba. Están más majas, con la coda larga están peor, y pa tomasen mucho mejor, si no los mardanos tienen que trabajar más. Las codas había que esquiralas y socarralas Es un bocao muy bueno, muy sabroso, las hacían guisadas, con tomate, otras fritas.

Antes se morían muchas ovejas de banzo que decían. No tenían arreglo. Si se morían se hacían salones, se salaban. Había que eshuesalas y después ande tenían más carne se les hacía unas cortadas y se les echaba sal. Si hacía sol se dejaba al sol. A las 24 horas lo sacabas de la sal. Ande hubiera sol o pegara bien el aire ahí era ande se secaban. Se ponían unos sacos que llevaban malla y no podían entrar las moscas. Y antes se colgaba en un pino pa que se secara y tenía que estar allí to’l día el repatán, no hacía otra cosa, con la ramica de boj.

Todos los testimonios transcritos son fragmentos de sendas entrevistas realizadas en el mes de agosto de 2014 a Pedro Romeo, nacido en Erla el año 1934 y residente en Las Pedrosas desde el año 1956, y a Fidel Sierra, nacido el año 1931 en Luna y residente en Las Pedrosas desde el año 1955.
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