El ciclo de la vida

El ciclo de la vida

El ciclo de la vida en Las Pedrosas

El recorrido vital de todos los habitantes de Las Pedrosas estaba marcado por una serie de hitos, en los que la religión tenía un papel importante. Desde el nacimiento con el inmediato bautizo, la primera comunión como ingreso definitivo en la comunidad, el matrimonio con la formalización del hogar familiar como núcleo elemental de la sociedad, y finalmente con la muerte como hecho social en el que se estrechaban los lazos solidarios de la comunidad.

El bautizo

Abuelo con nieto
Abuelo con nieto

El bautizo en la iglesia, a los cuatro o cinco días. Se quería bautizarlo enseguida pa que estuviera bautizao por si le pasaba algo al crío, que estuviera bautizao ya. Con el niño iba la madrina, una mujer, una conocida, con quien más amistad tuvieras, y familiares.

Con el bautizo se hacía una miajica de fiesta para invitar y nada más. Había mucha pobreza entonces. A lo mejor se repartían unas peladillas o alguna cosa de esas, según quién era, el que podía. El que no podía nada, que había más que no se podía.

Noviazgos con dificultades

Primera comunión
Primera comunión

Pa casarse había que hablar con los padres, siempre que los padres estén conformes. Siempre había alguna pareja que no estaban conformes y se deshacía. Después de la guerra hubo mucho de eso. En la guerra murió mucha gente joven y les paicía que no iban a tener novio porque los chicos iban muy escasos. Había enfrentamientos con los padres y los novios. A lo mejor los padres ese novio no lo querían porque era la izquierda y la derecha.

Matrimonios por interés

Boda
Boda

Arreglar matrimonios, de eso había mucho. Éste porque tiene un campo allí u dos campos allí, y tú otros dos, pues ya juntaban la cosa. En Sierra de Luna casi siempre eso. Arreglo de los padres. Por el interés. En aquellos tiempos se veía normal. Ahí se tenían que casar las mujeres o los hombres a gusto de los padres, no a gusto de ellos. Ni que te gustara ni que no te gustara, te tienes que casar con ésta o con éste.

Los esquilazos

También se casaba algún viudo, uno que se casó que le hicieron esquilazos, iban con esquilas detrás. Con esquilas de las ovejas, esquilones, a tocar, y detrás de ellos, una vez que se habían casao. Igual viudo que viuda. A encorrelos cuando se escapaban, y venga esquilazos. Me acuerdo que en casa de Cabrera nos dieron a nosotros esquilones pa tocar. Unos jaleos se armaba, a lo mejor le sabía malo pero venga, madera. Los mozos del pueblo. No era muchas veces.

El velatorio

Cuando moría uno tocaban las campanas, tocaban a muerto. Entonces se iba a las casas a quedase por la noche toda la noche. Rezar un rosario a lo primero, que acudían todos, mucha gente. Y después del rosario pues se quedaban más familiares, cada uno se marchaba a su casa, y después a contar chistes, y se reían, porque yo no me he reído nunca tanto. En casa de la madre de mi cuñada se murió una persona y nos pusimos a hacer el duelo. Nos quedamos por la noche, y una empezó a contar chistes y yo a carcajadas que o me iba o no podía estar sin reírme, y en otras veces he oído lo mismo. Luego a las doce de la noche cada cual se iba a su casa para que descansaran los de la casa.

Todos los testimonios transcritos son fragmentos de sendas entrevistas realizadas en agosto de 2014 a Eusebio Marco y Cesárea Ibor, nacidos los años 1924 y 1933, y en octubre de 2016 a Carmen Pérez, nacida el año 1938.
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